Por Luna Francés.
Amiga, hermana… Madre.
Si, te llamo madre, con orgullo y regocijo.
Porque eso ha sido usted para mí, Maria Teresa Fuenmayor
una madre, que tomo esta mujer niña; gris, asustada,
temerosa.
Con paciencia,
amor y enseñanzas,
me fue moldeando como una plastilina
entre sus dulces y francas manos.
Haciendo de mí…
La mujer visible que brilla con luz propia.
Ha llorado con mis tristezas.
Ha celebrado mis alegrías.
En la enfermedad me ha sustentado.
Y ha hecho suyas mis noches de desvelos.
Solo una Madre, es capaz de hacer tanto
de forma
desinteresada,
como lo ha hecho y lo continua haciendo usted conmigo.
¡Por eso y por tantas bendiciones que de usted he
recibido…
Hoy te bendigo madre de la vida¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leerme, quisiera además conocer tu opinión sobre lo leído. Puedes compartir tu comentario acá.